11 españoles saltaron al Campo Nuevo a defender el honor vasco en Cataluña
11 españoles saltaron al Campo Nuevo a defender el honor vasco en Cataluña. No fue posible principalmente por un brasileño y un argentino. Un argentino que tiene ingresos superiores por jugar a la pelota que toda la entidad eibarresa. Entidad que se plantó en un estadio con capacidad para más espectadores que habitantes tiene su ciudad de origen. Concretamente, 3 veces más. Resultado: 3 a 0.
El 2º de la liga ganó 2-0 a domicilio en campo ilicitano gracias a un francés y a un colombiano. Un colombiano, un portugués, un mexicano y un español (parece un chiste) dieron la victoria al 3º de la liga. Un español de Arroyo de la Miel que fue el motor de un equipo que marcha rutilante hacia la cita más esperada más veces repetida en la historia del balompié patrio. Balompié patrio que hermana nacionalidades, tanto de facto como de preámbulos o de descafeinadas consultas. Balompié patrio que contempló el regreso de la magia de Tarrasa que tanto ofreció a la selección española y que puede ser sucedida por el arte malagueño de Francisco Alarcón.
Magia, arte, orgullos nacionales y contiendas desproporcionadas que configuran una competición sin igual. Sin igual y que va camino de ser la más igualada de los últimos tiempos. Tiempos en que tan sólo el “heredero” del Atlético Aviación ha sido capaz de inquietar al poder establecido e incluso arrebatárselo. Este año habrá más inquietadores, más escuadras lucharán hasta el final, más actuantes saldrán a escena, más espectáculo se verá en los campos de batalla.
O si no, la pelota es mía y me la llevo.
